Cuidar nuestros riñones para toda la vida
El 10 de marzo de cada año se conmemora el Día Mundial del Riñón, una campaña global que pretende concientizar y educar al público sobre la importancia de cuidar la salud renal, prevenir y detectar enfermedades renales y reducir sus impactos tanto a nivel individual como a nivel poblacional.
Los riñones son órganos fascinantes. Su función principal es eliminar múltiples desechos de la sangre, para lo cual actúan como filtros altamente eficientes que excretan residuos y productos de desecho del metabolismo, pero retienen nutrientes y otras sustancias importantes que el cuerpo no puede darse el lujo de perder a través de la orina. Además de su función de filtro, los riñones participan en la regulación del estado de hidratación del cuerpo, el equilibrio entre la acidez y la alcalinidad de la sangre, la presión arterial, el metabolismo del hueso y sus minerales, la producción de glóbulos rojos y otras funciones.
Los riñones son capaces de cumplir sus funciones razonablemente bien a pesar de sufrir daño o pérdidas de masa funcional. Por ejemplo, la mayoría de las personas pueden vivir una vida normal con un solo riñón. Sin embargo, estos órganos tienen una capacidad limitada de reparación. Por ello, cuando los riñones enferman pueden llegar a perder de manera irreversible su funcionalidad, una condición conocida como insuficiencia renal. Cuando esta pérdida rebasa un nivel menor al que es indispensable para cumplir con todas sus funciones de manera normal, la salud global del organismo comienza a deteriorarse, se acumulan sustancias de desecho que resultan tóxicas y sobreviene la muerte si no se sustituyen esas funciones. El tiempo que transcurre entre que los riñones sufren un daño inicial hasta que aparece insuficiencia renal y pierden por completo su funcionamiento es muy variable y depende de la causa, la intensidad y la duración del daño, pudiendo ser desde unos días hasta varias décadas.
Múltiples factores afectan a los riñones de manera directa e indirecta. Entre las enfermedades más comunes que pueden causar insuficiencia renal están la diabetes, la hipertensión arterial, la obesidad, enfermedades cardiacas, enfermedades congénitas, algunas infecciones y enfermedades autoinmunes. Entre los agentes externos se encuentran algunos medicamentos, especialmente los antiinflamatorios y algunos antibióticos, así como el tabaquismo. El envejecimiento también afecta a los riñones: a partir de los 40 años la función renal comienza a disminuir un estimado de 10% por década, aunque el envejecimiento por sí solo no suele ser una causa de insuficiencia renal.
Una vez establecida la insuficiencia renal, no es posible revertirla y suele progresar. Algunos tratamientos pueden retrasar su progresión, dependiendo de la causa. Sin embargo, una vez que la función renal disminuye por debajo del mínimo umbral compatible con la vida, el único tratamiento disponible es sustituir la función renal mediante diálisis o trasplante renal. Ambas opciones son altamente costosas en términos económicos y de calidad de vida.
En México, la insuficiencia renal es una de las primeras 15 causas de muerte en la población adulta. Cada año ocurren por esta causa más de 65 mil muertes (sin contar las 151 mil muertes por diabetes, de las cuales un gran número ocurren por insuficiencia renal secundaria a diabetes); además, se asocian 1.5 millones de años de vida perdidos por muertes prematuras y 210 mil años de vida saludable perdidos por discapacidad.
La mejor manera de disminuir las muertes y la carga de enfermedad asociadas a la insuficiencia renal es prevenir el daño a los riñones. Las medidas más importantes para mantener la salud de los riñones son procurar una hidratación apropiada, hacer ejercicio regularmente, tener una alimentación saludable, no fumar, evitar la automedicación y detectar y tratar oportunamente las enfermedades que causan insuficiencia renal, especialmente diabetes e hipertensión.
Una hidratación apropiada es fundamental para la salud renal. Aunque la recomendación correcta puede variar en casos específicos, en general se considera que las personas debemos ingerir entre 6 y 8 vaso de líquido al día. Es importante que la mayor parte de este líquido sea agua simple. Las bebidas azucaradas y edulcoradas (jugos naturales, jugos procesados, refrescos y bebidas deportivas) promueven la obesidad, la diabetes y otras enfermedades. Las “aguas alcalinas” y otros productos similares supuestamente benéficos para la salud renal son fraudes que no proporcionan beneficio alguno.
El ejercicio regular es la clave para prevenir obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y muchas otras enfermedades. Mantener el peso y la adiposidad (cantidad de grasa corporal) dentro de parámetros adecuados para la edad y el sexo es fundamental.
La alimentación saludable es otro componente de prevención de enfermedades crónicas no transmisibles que actúa en conjunto con el ejercicio. Además de los beneficios directos de la alimentación en el funcionamiento normal del cuerpo y en el mantenimiento de peso y adiposidad adecuados, la alimentación correcta es clave para prevenir la ingesta excesiva de sodio, que a largo plazo eleva la presión arterial y daña los riñones.
El fumar está asociado al desarrollo de aterosclerosis, hipertensión, enfermedades del corazón e insuficiencia renal, además de múltiples cánceres y otras enfermedades. No fumar es fundamental para proteger la salud renal. Si ya se tiene el hábito de fumar, la mejor decisión es abandonarlo por completo.
Considerando que diversos medicamentos pueden ser tóxicos para los riñones, es importante que las personas eviten automedicarse y que utilicen los medicamentos responsablemente siguiendo las indicaciones del personal de salud que les atiende. En cada contacto con personal de salud es necesario proporcionar una lista completa de todos los medicamentos que se están consumiendo en el momento actual, para evitar nuevas prescripciones innecesarias o inapropiadas que puedan dañar a los riñones. En especial, es importante evitar el consumo prolongado de antiinflamatorios no esteroideos.
Por último, la detección y el tratamiento oportuno de enfermedades que causan daño renal, especialmente diabetes e hipertensión, es crítico para prevenir la insuficiencia renal. Es importante que todas las personas adultas midan su nivel de glucosa en sangre y su presión arterial por lo menos una vez al año, y que tengan seguimiento apropiado cuando se detecten cifras anormales.
Los riñones son órganos críticos para la vida. La insuficiencia renal tiene graves implicaciones para la salud, la calidad de vida y las finanzas de las personas enfermas y para el sistema de salud en general. La mejor manera de reducir estos impactos negativos es la prevención. Nunca es tarde para empezar a prevenir y cuidar a nuestros riñones. Solamente tenemos un par para toda la vida.
Referencias:
- Harrison: Principios de Medicina Interna, 20ª Edición. McGraw-Hill Interamericana de España 1998. Farreras-Rozman: Medicina Interna, 20ª Edición. Ediciones Harcourt S.A. 2018.
- Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2021). Características de las defunciones registradas en México durante 2020. https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/EstSociodemo/DefuncionesRegistradas2020_Pre_07.pdf
- Agudelo- Botero M, Valdez- Ortiz R, Giraldo- Rodríguez L, et al. Overview of the burden of chronic kidney disease in Mexico: secondary data analysis based on the Global Burden of Disease Study 2017. BMJ Open 2020;10:e035285. doi:10.1136/ bmjopen-2019-035285
- https://www.worldkidneyday.org/
Raúl Hernán Medina Campos
Médico internista y geriatra
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